miércoles, 10 de diciembre de 2008

CANCION FINAL DE NAVIDAD

-¡Hola John! ¿Al fin terminó la Navidad?
-Creo que sí, porque mi cabeza no da vueltas y el bordillo de la acera está recto.
-El alcalde debería haberte regalado un cepillo nuevo, tiene más agujeros que raíces; te va a llevar toda la mañana barrer este trozo de calle.
-No tengo prisa en ir a ninguna parte. Mira ese desgraciado que pasa tampoco tiene prisa en llegar a su última morada.
-Debe ser el viejo Scrooge, me dijeron que murió ayer.
-Lo llevan en el carro de beneficencia. ¿No era un viejo rico?
-Tú lo has dicho, lo era. Se volvió loco el día antes de Navidad. Decía que el viejo Marley, su difunto socio, había venido de la tumba a buscarlo y a decirle que debía reparar todo el mal que había hecho. Se dedicó a regalar el dinero a todo el mundo. Dicen que su empleado se ha embolsado un buen pellizco, y que a su sobrino no le faltarán tragos que llevarse a la boca. A todos los que pasaban por la tienda pidiendo algo les regalaba una guinea. Al final llegó el sobrino y se lo llevó a su casa para evitar que se esfumara todo el patrimonio.
-Y yo que no pasé a felicitarle porque siempre me echaba con insultos y amenazas. Era el más tacaño del barrio. Siempre pensé que tendría un entierro magnífico.
-No lo tenía pagado, y su sobrino no ha querido hacerse cargo del mismo. Dicen que una vez trincada la pasta, el mismo día de Navidad, lo llevó a su casa delirando. Los vecinos comentaron que se pasó la noche gritando porque le perseguían los fantasmas de sus pecados. Lo encontraron muerto en el suelo de su casa con el rostro desencajado el día después de Navidad.
-El empleado que le hacía de escribiente decían que era hombre muy honrado y fiel. No ha costeado el entierro con el dinero que sacó al viejo.
-Según dice no le dejó nada. Y no sin razón ha dicho que esta responsabilidad es cosa de los familiares, pero parece que tanto a él como al sobrino les ha dado vergüenza que los vean siguiendo al coche municipal y han dejado solo al viejo en su último viaje.
-El viejo Marley tuvo más suerte, Scrooge le pagó un entierro de tercera y le acompañó al cementerio.
-Está claro que Scrooge vivió como murió, sin gastar un penique innecesario y apartado del resto de los seres humanos. El día de Navidad parecía haberle iluminado pero en realidad le arrojó a las sombras de sus más oscuros temores.

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